miércoles, 30 de marzo de 2011

A JESUS DE GALILEA


   Tú apacientas los rebaños
y ellos te causan dolor.
Ya pasa de dos mil años,
y entre fieles y entre extraños,
siempre ha existido un traidor.

  ¿Cómo es posible que Judas
te causara tal dolor,
sabiendo -pero sin dudas-
que entre verdes, o maduras,
se camufla un malhechor?

   Él conoció tus milagros
y durmió en tú aposento;
llegó a comer de tú plato.
¿Cómo pudo ser ingrato
un hombre de su talento?

   Tomás dudó ciertamente
de tú palabra bendita.
Pedro te niega tres veces
y tú, sé que te estremeces
mientras el mundo se agita.

   Cuando sanabas -a todos-
te perseguían con saña;
te buscaban como lobos,
para matarte, entre todos;
pero no era gente extraña.

   Te coronaron de espinas
para burlarse mejor.
Causas torpes y mezquinas
que nos llevan a las ruinas,
todo por falta de amor.

   Todos somos como Judas,
nos vendemos por muy poco;
y si alguien tiene sus dudas,
ver como cambias, o mudas,
en este mundo tan loco.

   Diste la vida por todos
y pocos siguen tus pasos,
luchemos de todos modos
y no hablemos por los codos
y llenemos nuestros vasos.


   Eres Dios de la Verdad
y a lo bueno, das de paso;
más sufres nuestra maldad,
la envidia y la vanidad,
y de eso está lleno el vaso.

   Yo me siento complacido,
pues tú muerte me salvó.
Sé que no lo he merecido;
mas sé, que estoy redimido,
pues la Cruz me redimió.

   Si amanso mi turbación
y templo bien mi “mollera”,
veré, que no es ilusión,
el fruto de mi razón.
Se lo aseguro a cualquiera.

   Si alguien desprecia a Jesús
cambiándole por un “santo”:
¿De qué te sirvió su Cruz,
su Santidad y su Luz?
¡Te sirvió para quebranto!

   Todos los “santos” que adoras
por tú ignorancia finita,
al final, tú los deploras,
porque ellos ni ven las horas
ni tus lágrimas marchitas.

   Las Palabras de Jesús
no pueden pasar jamás,
son las que nos dan la Luz,
con la Sangre de la Cruz,
si no eres otro Tomás.

    Nos libraste de lo cruento,
nos diste la libertad;
pero esto no es ningún cuento,
creer, que luego el lamento,
nos sirve como Verdad.

   Hoy la lucha espiritual
ya casi la ven los ciegos.
Luego, andar con lo vanal,
es penetrar en el mal,
de los malos agoreros.

Salinas

Cecilio García Fernández










A DAVID, EVA, E HIJOS -PUERTO RICO-

David y Eva nos dejan,
como a pájaros heridos.
Quedamos muy afligidos
sin comprender la razón;
pues les cogimos cariño,
y desde el anciano al niño,
nos parten el corazón.

La pérdida no se compra,
ellos no la van vender.
¿Y qué podemos hacer
con nuestra desilusión?
Para no quedar tan solos,
oremos, oremos todos,
¿Qué otra cosa se va hacer?

Os cogimos gran cariño
por vuestro comportamiento,
también por vuestro talento.
Tú David, con tu guitarra,
con dulce acompañamiento,
y Eva, cantó con su amor,
que parece un instrumento.

La alegría de la Iglesia
ya regresa a Puerto Rico.
Tanto el pobre como el rico
siempre añoran su  “tierrina”.
Y esto ¿quien lo determina?
nuestro Dios el Salvador.
Pues que nos calme el dolor

Vuestros hijos, son ejemplo
en la fe y en la humildad,
ya que en ellos no hay maldad.
Dios les dio muy buenos padres,
y buenos educadores,
son expertos en amores
en justicia y en verdad.






A DAMARIS, NIÑA ECUATORIANA

¡Amiga “vieja” de mi vida!
¡hoy cumples cuatro años de existencia!
¡Yo ya tengo mi vida consumida,
bajo el amor de Cristo y Su Clemencia!
Yo conozco tú amor, puro y sincero,
yo conozco tus besos y caricias,
yo conozco a la niña que más quiero,
yo conozco tus lloros y sonrisas.
¡Hoy me has hecho llorar! ¿Por qué sería?
Es que veo en tus ojos, que me hablas
con tú ternura santa, que es pura poesía,
que despiertan en mí, caricias ya olvidadas.
Siempre preguntas, y sigues preguntando.
Yo no puedo mentirte en mis respuestas;
pues las mentiras, son pecados muy graves,
que tuercen los caminos y cierran puertas.
Niña querida, dulce fiel e inocente,
ama a tus padres con todo el corazón,
y estudia mucho y juega con los niños,
que sois el futuro de otra generación.
Protege a tú hermano, por ser más inocente,
cuídalo con mimo, y con todo tú esmero,
y seguir creciendo como las palmeras,
y cantar canciones igual que un jilguero
que en las primaveras, cantan para el Cielo.
¡Gracias niña hermosa por tus oraciones,
que llegan al Cielo y a los corazones
de los que sufrimos, por muchas razones!
Juega con Anita y con tus muñecas,
juega con tus padres y quítales penas.
Tú naciste lejos -en tierra ecuatoriana-
cuando en España, ya era primavera,
cuando las flores tienen sus fragancias,
aunque el otoño trae sus quimeras.
Que Dios bendiga a toda tu familia,
y sigue orando por todos –diariamente-
pues el Señor escucha tus plegarias,
por tratarse de un alma tan pura e inocente.

¡F E L I C I D A D E S ¡

30 Abril del  2.002.
Cecilio García Fernández

 

lunes, 28 de marzo de 2011

A DÁMARIS, NIÑA ECUATORIANA

¡Amiga “vieja” de mi vida!
¡hoy cumples cuatro años de existencia!
¡Yo ya tengo mi vida consumida,
bajo el amor de Cristo y Su Clemencia!
Yo conozco tú amor, puro y sincero,
yo conozco tus besos y caricias,
yo conozco a la niña que más quiero,
yo conozco tus lloros y sonrisas.
¡Hoy me has hecho llorar! ¿Por qué sería?
Es que veo en tus ojos, que me hablas
con tú ternura santa, que es pura poesía,
que despiertan en mí, caricias ya olvidadas.
Siempre preguntas, y sigues preguntando.
Yo no puedo mentirte en mis respuestas;
pues las mentiras, son pecados muy graves,
que tuercen los caminos y cierran puertas.
Niña querida, dulce fiel e inocente,
ama a tus padres con todo el corazón,
y estudia mucho y juega con los niños,
que sois el futuro de otra generación.
Protege a tú hermano, por ser más inocente,
cuídalo con mimo, y con todo tú esmero,
y seguir creciendo como las palmeras,
y cantar canciones igual que un jilguero
que en las primaveras, cantan para el Cielo.
¡Gracias niña hermosa por tus oraciones,
que llegan al Cielo y a los corazones
de los que sufrimos, por muchas razones!
Juega con Anita y con tus muñecas,
juega con tus padres y quítales penas.
Tú naciste lejos -en tierra ecuatoriana-
cuando en España, ya era primavera,
cuando las flores tienen sus fragancias,
aunque el otoño trae sus quimeras.
Que Dios bendiga a toda tu familia,
y sigue orando por todos –diariamente-
pues el Señor escucha tus plegarias,
por tratarse de un alma tan pura e inocente.

¡F E L I C I D A D E S ¡

30 Abril del  2.002.
 Cecilio García Fernández