Poco a poco estoy muriendo,
como todos los mortales;
más ¿somos todos iguales,
en la fe y discernimiento?
Yo no vivo para mí;
más aunque esté padeciendo,
Tú estarás dentro de mí;
por eso sufro contento
desde que te conocí.
Porque existe la razón;
la vida que yo mas quiero,
es vida de salvación;
La vida que a mí me espera,
es una vida gloriosa.
Aquí, es la gran quimera,
y allí, es la vida hermosa.
Por eso estoy a tú vera.
La privación de vivir
y yo quiero resurgir;
pero, la muerte me espera.
Si vivo lejos de Ti,
¿qué me puede suceder?
La muerte y el padecer,
se apoderarán de ti.
¡Jamás, ya que Cristo vive en mí!
.
Para la muerte estoy listo
porque sigo tú camino.
No abandono tus veredas;
pero aunque haya desatinos,
tú perdón no son quimeras.
Sufro por mis pensamientos,
que me llegan sin control.
También me llega el dolor,
como ráfaga del viento.
Cristo nos vino a salvar,
Y dio Su vida en la Cruz.
¡Mira que nadie te engañe,
porque Jesús es la Luz !
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