jueves, 5 de mayo de 2011

ACLARACIONES PARA LOS DESORIENTADOS

     Para poder aclarar las dudas que puedan tener muchos creyentes, que con frecuencia dicen creer en Dios, es necesario formularles  algunas preguntas; como, por ejemplo: qué es lo que creen, que es lo que conocen de Dios, si tienen algún conocimiento de la Palabra de Dios, escrita en la Biblia, si respetan dicha Palabra, poniéndola en obra, si han pedido perdón a Jesús y le han prometido fidelidad y seguirle toda su vida, si están arrepentidos de su vida pasa. Todo lo expuesto está escrito y para estar en armonía con Dios Padre, hay que rendirse primero a Jesús, que fue quien vino a dar la vida por nuestros pecados.
      Como ser humano, solo Jesús fue perfecto. Todos los demás somos ya pecadores en el vientre de nuestra madre. En principio todos somos criaturas de Dios, por el hecho de que él fue quien nos creó, como todo cuanto existe en el mundo, conocido y por conocer. Luego, los que creemos que Jesús vino a éste mundo, llamado tierra, para salvarnos por medido de su muerte y resurrección, estos son llamados hijos de Dios. Jesús llamó a los Apóstoles hermanos y amigos y dejó muy claro que todos sus seguidores forman su iglesia, que es el Cuerpo de Cristo, siendo él la Cabeza de la misma.  Lo que vulgarmente se llama iglesia, son simples  edificios, donde se reúnen los seguidores de Cristo, para oír su Palabra, para adorarle, bendecirle, y clamar a él, si es necesario; pero ésta función tiene para Dios el mismo valor en una catedral lujosa, que en la cabaña de un pastor.
     Para Dios, lo que realmente tiene valor es lo que contienen los corazones de los hombres.
Cuando venimos al mundo, ya nacemos pecadores; pero Jesús a los niños los  considera inocentes hasta cierta  edad, que solo él conoce, en cada caso. Dios no dicta leyes como nosotros. Él conoce lo más profundo de nuestro corazón y mente. Recordar cuando  dijo: Dejar que los niños se acerquen a mí porque de los tales es el Reino de los cielos. Luego, el bautismo a los pocos días de nacer fue invento de hombres, ya que Cristo Jesús dijo: El que creyere en mi y fuere bautizado será salvo. Luego, para creer hay que tener conocimiento, razonar y elegir lo que cada uno crea conveniente, bueno ó malo, pues ahí están los resultados. Dios nos hizo libres y cada uno es responsable de todos sus actos. Jesús también dijo: Son muchos los llamados y “pocos” los escogidos, ó elegidos. Lo que demuestra que Dios ya sabía que iba a ser despreciado por la mayoría de los hombres.
     Quizás habrá muchos (a) que dirán: yo estoy en el camino correcto, pues voy a misa, me confieso cuando creo necesario y rezo algún rosario, además de ser una excelente persona, pues  yo  jamás hice daño a nadie.
     ¡Que el Señor Jesús  te aclare estas ideas!
     Si pensamos así no hay salvación posible; primero porque Jesús dijo que no hay ni un solo hombre bueno. En Lucas 1:46, 47 y 48 dice: Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi salvador, porque ha mirado la bajeza de su sierva;  Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.
     Si María llamó su Salvador al niño que llevaba en sus entrañas, es que era cierto, pues María no mintió jamás. Otra verdad tan grande la dijo Jesús  al recordarnos que todos somos pecadores. Ahora, con estas verdades bíblicas tan claras, que cada creyente saque las consecuencias oportunas, de acuerdo con su entendimiento.
Es muy importante saber que ninguna religión salva, y que Jesús no vino a fundar religiones de ningún tipo; pues todos sabemos que las Palabras de Jesús y sus mandatos, se han partido en mil pedazos y Cada uno fundó una religión, de acuerdo con su egoísmo; pero la Salvación la da Cristo y su Palabra a todo aquel que le pida perdón, se arrepienta y cumpla con su mandato. El no necesita velas encendidas, ni incienso, ni rosarios, ni peregrinaciones a países lejanos, ni bulas muy costosas. Jesús dijo: Ír por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura. La salvación se puede lograr en vida; pero después de hombre muerto…., ya no hay solución. Pocos pobres irían al Cielo si se ganara con misas, funerales, indulgencias etc. Pensar en los millones de hombres, mujeres y niños, que se mueren de hambre por éste mundo, olvidados, y que nadie ha comprado una indulgencia para salvar su alma.
     Bendito sea nuestro Señor Jesucristo que de forma tan sencilla, para nosotros, nos trajo la Salvación. Bendito sea eternamente su nombre; pues a él le costó mucho sufrimiento, sangre, azotes, desprecios y persecuciones, para que ahora se vendan y se compren salvaciones como una vulgar mercadería.
Los que tenemos el privilegio de creer en Cristo y tratar de imitarle, estamos obligados a pelear y luchar para abrir tantos ojos cerrados, por ignorancia y comodidad; pues aquí en la tierra, es más fácil pensar solamente en comer, beber y todo lo demás que el mundo ofrece.
     Recordar  que el Señor nos mandó tratar directamente con él, sin más intermediarios que Cristo. Hablarle como a un Padre ó a un amigo, sin necesidad de otros intermediarios, por mucho que estudien teología, filosofía y otras ciencias, que pueden ser muy buenas, como cultura; pero no sirven ni para perdonar y menos salvar. Que nos quede bien grabado en nuestro corazón y mente, estas sencillas palabras: ¡solo salva Jesucristo y no hay más intermediario que él. Quien no esté de acuerdo que lea la Palabra de Dios y que no nos hable de concilios, que de palabras de hombres ya estamos muy cansados.
    Si verdaderamente creemos que Jesús existió, que murió en una Cruz y resucitó, tal como indica la historia, aunque no hayáis leído jamás la Biblia, ¿por qué no os remontáis a los tiempos de Jesús y sus apóstoles y vais sacando, poco a poco, las consecuencias de éstas vidas, y sus muertes, su forma de hablar y de actuar, siempre de acuerdo con sus palabras, que han sido escritas y figuran en La Biblia?. Si así actuarais, la diferencia que hallaríais entre las palabras de Jesús y sus hechos, os dejarían atónitos, debido a que las prácticas religiosas que estáis practicando no tienen ninguna relación con la vida y mandatos del Señor Jesús. Fuí sacristán varios años, cuando la misa se celebraba en latín, y podía enumerar muchas costumbres que, además de no tener ningún sentido, son una ofensa para los seguidores de Jesús y un gran pecado, ya que por seguir estos ritos son muchos los que se pierden; pues como Jesús dijo: El que cree en Mí será salvo. Yo soy el Camino, la Puerta, yo soy la Luz del Mundo, yo soy la Verdad y la Vida, yo soy Agua Viva y el que de mí bebiere no tendrá sed jamás. Quien se digne echar una simple ojeada a los Evangelios verá muchos versículos que, forzosamente le van a decir que las prácticas religiosas que usted está realizando nada tienen que ver con lo que Nuestro Señor Jesús nos manda hacer para lograr la Salvación, que es la única razón de su muerte y resurrección, para salvar a toda la humanidad, si le reconocen como el único Salvador, e intermediario entre Dios y los hombres.
    No estoy haciendo ningún tipo de crítica. Yo viví  como estáis viviendo vosotros ahora, católicos de buena voluntad; pero la Verdad existe y no hay más que una. ¡Cristo Jesús!. Cristo es una realidad pues cambia nuestras vidas y vamos a vivir de acuerdo con Su Voluntad, porque él tiene poder para cambiar nuestras vidas. No es un Cristo como los que vemos por la televisión por Semana Santa y dentro de las iglesias. Esas imágenes de un Cristo muerto, pintado, cubierto con  manto de púrpura y bordados de oro, están ciegos, sordos, mudos, no andan, no respiran, y en concreto no sirven más que para que los “costaleros” aguanten el peso de semejante imagen, que os han cambiado por un Cristo, Todopoderoso, y aunque veáis lágrimas y emociones, solo son eso puras emociones; pero con una fe equivocada.
Cristo, Nuestro Señor y Salvador, creador de todo lo que existe, tiene tal Grandeza  que no existen palabras  en el mundo para expresar lo que él es, ya que nuestro conocimiento es tan corto que solo Su Palabra nos da algún rayo de Luz para poder salvarnos, lo suficiente, hasta que, llegado el día, le conoceremos y seremos parte de Su Cuerpo; por eso, todavía estás a tiempo para pedirle perdón, si hay arrepentimiento. Te aseguro que Jesús te va a dar fuerzas y cambiará tú vida, y el Espíritu Santo entrará y vivirá en ti, como Jesús prometio.
     Medita lo que son tus superiores religiosos, con ideas muy políticas, ¿cuántas guerras han hecho? ¡cuántos mártires cayeron dando la vida por Cristo, mientras ellos vivían y viven en la opulencia! Si esperas que esos religiosos salven tú alma estás perdido. Ellos no pueden salvar la suya, cómo van a salvar la tuya?.
Si tienes dudas, si estás desorientado, si sabes que hay un Creador; pero no crees en Dios, haz un alto en el camino y dile claramente, como si hablaras con tu padre carnal: Me hablan de ti y yo no creo; pero tengo alguna inquietud que me hace sufrir, meditar y si tú realmente existes, dame una oportunidad para poder llegar a conocerte y tener un encuentro contigo, como me dicen que tienen otros.
Dios no deja solo a nadie que tenga la inquietud de conocerle; pero para los “sabios” que creen saber más que el Creador, no habrá salvación; pues la Palabra de Dios nos advierte que a ese tipo de necios Dios se va encargar de cegarles más de lo que están y jamás van a tener la oportunidad de ser redimidos. Ellos ya tienen su dios y le servirán hasta el final, aquí en la tierra, y por la eternidad allá en el lugar que  los ángeles  caídos les tienen  preparado en la eternidad.
    Quien esto escribe tiene experiencias para responder hasta con su vida por la verdad de las Palabras de Jesús. Dios jamás cambia, siempre es el mismo,  incluso cuando  se revela por medio de Su Palabra empezamos a entender ó comprender lo que ya habíamos leído muchas veces; pero por revelación nos está diciendo lo que necesitamos para aquel momento y para una circunstancia concreta, que solo Dios conoce. Jesús también dijo: ¡Sin mí nada podéis hacer!.
Yo soy el Camino la Verdad y la Vida.

 Cecilio García Fernández.