que me aclarara mis dudas, cuando
no las entendía.
Le hice muchas preguntas, y a
todas me respondía,
y esta costumbre tan buena, la
hago todos los días.
Cuando aclaraba mis dudas, mi
fervor siempre crecía
y era tan grande mi fe, que jamás
me arrepentía.
Cuando le pedí favores, cosa que no merecía,
él siempre me consolaba, con su
sabia maestría.
El mundo importa muy poco, ya que
todo es vanidad.
El mundo quiere “poder”. No le
importa lo demás.
Tanto tienes, tanto vales; pero
esa no es la verdad.
Pregunto: ¿De dónde vienes? Y dime: ¿Adónde
vas?
Tengo el Espíritu Santo, y no es
una fantasía,
y hasta puedo demostrarlo sin ser
ninguna osadía,
ya que Cristo no cambió, ni
cambiará ningún día.
Lo que Él promete lo da; es Dios
de sabiduría.
Todo cuanto quiero hacer, lo
consulto a mi Señor,
y además tengo respuesta. ¿Puede
haber mayor honor?
No te sientas importante, te lo
pido por favor,
ya que solo somos barro; mas
Cristo nos redimió.
¿Dónde tienes tú el poder, si te
atreves a decirlo?
¡Mira que no somos nada! No hace falta discutirlo.
Vivimos con ilusión; pero la
ilusión es vana.
Hoy te sientes muy feliz, y puedes
partir mañana.
No pongas tu fe en los santos,
obra de cualquier artista;
pues estás equivocado; Dios no
precisa tallistas.
La “idolatría” es pecado; pero de
mucha importancia.
Jamás confíes en hombres, porque
nos sobra arrogancia.
Si conoces la Palabra , y andas de
acuerdo con ella,
ya encontraste la Verdad ; Satanás no te hará
mella.
Pide perdón a Jesús, que tiene
mucha clemencia.
Él jamás Te va a decir: ¡Te pongo una penitencia!
Cecilio García Fernández.
No hay comentarios:
Publicar un comentario