¡Abandonaste a tu esposa
sabiendo que te quería!
No has pensado ni en los hijos
que son tu fuente de vida.
¡La carne, maldita carne!
Tormento y pura agonía
de los débiles del mundo
faltos de sabiduría.
Dios ha creado a la esposa
que es la madre de la vida,
que es la compañera hermosa
la que cura nuestra herida.
Dios sacó de tus costillas
la que fue tú compañera;
para que no vivas solo.
¿Por qué buscas la quimera?
Hágase: Nos dijo el Padre,
pues tu amor bien merecía
la esposa que tanto amaste,
si es que no hubo hipocresía.
Por tú desobedecer,
y andar siempre en rebeldía,
has perdido la mujer
que quizás, no merecías.
Piensa que partiste un cuerpo
que dentro de ti vivía;
pues ella te lleva dentro,
y tú, con hipocresías,
por no ser fiel a la esposa
la mujer que te quería,
que ha sido como una rosa
con su fresca lozanía.
Luego, si ella va con otro,
sacas tú puñal maldito,
y le das diez puñaladas
y no escuchas ni sus gritos.
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