jueves, 15 de septiembre de 2011

LA FE

De los dones que Dios da,
el más grande es el amor,
ya que con el, nos amamos,
al no existir el rencor,
 causante del gran dolor
que padecen los humanos.
¡Cojámonos de las manos,
y unámonos por favor.

El amor limpia la mente
el alma y el corazón;
por eso te clamo a ti
en todas mis oraciones,
donde explico mis razones,
desde que te conocí,
ya sé que vives en mí;
pues conozco tus perdones.

¡Dios mío, cuantas maldades
guarda nuestro corazón!
Recurramos siempre a ti,
por ser quien das el perdón.
¡Jamás te apartes de mí!
y dame tú salvación,
 ya que al entregarme a ti,
fue mi mejor decisión.

El mundo no te conoce.
¡Es un mundo de dolor!
El mundo siempre a lo suyo
sin otra preocupación.
¡Esta es la ley del más fuerte!
y dicen que es la mejor.
Hay que vivir, pues la muerte,
te llega como un traidor.

Nos dicen que Dios existe;
pero, ¿no será un error?
Hay que aspirar a ser ricos.
Ser ricos, es lo mejor.
Yo quiero ser dominante;
pero; ¡con  todo el honor!
Si quieres ser hombre amante,
cometiste un gran error.

¿No ves que son cuatro días,
y los cuatro con dolor?
No cometas osadías,
 Ablanda tu corazón.
Tu lucha, con valentía,
como los hombres de honor.
¡Yo sé que la vida es mía!
¡Yo no necesito amor!

¡Sigue, sigue por ese camino!
¡ya llegará la factura!
puedes beber de ese vino;
que aunque bebas con mesura,
lo vas a pagar muy caro,
sin ir a la sepultura.
¡Muchos piensan como tú,
y presumen de cultura!

Yo a Ti, te pido Señor,
que tengas benevolencia,
que escuches nuestro clamor,
y ten con ellos con paciencia.
¡Sácalos de tal error!
Necesitan Tu clemencia.
Apártalos del dolor,
y de toda indiferencia.

Tú sabes muy bien, Señor,
que fueron bien engañados
por miles de religiosos
que están por todos los lados.
¡Abre sus ojos Señor!
y también abre sus  mentes.
Me causa pena  y dolor
ver perderse a tanta gente.

Cristo murió en la Cruz
por todos los pecadores;
pero hay que creer en Él,
y pedirle mil perdones.
Él no quiere que te pierdas.
¿Por qué no entrar en razones?
Si no quieres aceptarle,
vendrán las lamentaciones.

Él te conoce muy bien.
No presumas de ser santo;
pues, la bondad de los hombres,
brilla, igual que un encanto.
Ya ves los tiempos que corren.
Todo es pura corrupción.
La ley siempre fue del fuerte.
¿Qué importa tener razón?

¡Pide perdón a Jesús!
Luego el arrepentimiento.
Muere con Él en Su Cruz,
y puedes vivir contento.
Tendrás una vida eterna
con mucho gozo y amor.
¡Por favor, llama a Su puerta!
El te concede el favor.


Cecilio García Fernández
San Martín de Podes

No hay comentarios:

Publicar un comentario