martes, 30 de agosto de 2011

¡LA SOLEDAD!


Señor, escucha mi oración, y llegue a ti mi clamor… Velo, y soy como el pájaro solitario sobre el tejado.   Salmo 102:1 y 7.

   Qué penoso debió ser para nuestro Señor Jesús andar solo desde Getsemaní hasta el Gólgota, sin la compañía de los suyos y rodeado de gente que le era hostil.

   Cuando en el huerto de Getsemaní pidió a sus discípulos que velaran con él, ellos se durmieron; y cuando apareció una tropa de gente armada enviado por el Sumo sacerdote para prenderle, “todos los discípulos, dejándole, huyeron” (Marcos 14:50)

   Permaneció solo en manos de sus enemigos que le cubrieron de oprobio. (Infamia, vileza) El Salmo 69 profetizó su estado de ánimo: “El escarnio ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado. Esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo; y consoladores, y ninguno hallé” (v.20) Después de que estuvo colgado de la cruz durante tres horas, le envolvieron tres horas más de tinieblas durante las cuales cumplió la obra de salvación para la expiación de nuestros pecados. Ya no podía contar con ninguna asistencia humana. So él podía llevar a cabo esta obra, y lo hizo completamente solo.

   ¡Cuán solo y desamparado se halló en ese tiempo! El Salmo 22 nos lo muestra: “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de de mi clamor?... No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; porque no hay quien ayude” (v. 1 y 11). Sin embargo no hubo respuesta de parte de Dios, hasta que las horas de juicio pasaron. Nadie podía comprender jamás cuántos sufrimientos padeció nuestro Salvador la soledad.

   A la hora de un sufrimiento tan grande, de una enfermedad, de un encarcelamiento, que triste debe de ser sentirse solo; pero aquí vemos lo que somos los hombres. Sus apóstoles y los miles de hombres y mujeres sanados y salvados por él le abandonaron. Las más altas jerarquías de la iglesia le mandaron a la cruz, por envidia, con el correspondiente odio, ya que ellos no podían hacer un milagro. No querían que nadie fuese superior a ellos. Hoy pasa otro tanto de lo mismo, se nombran a dedo “miles de santos” que más tarde o temprano, habrá que adorar, porque así lo “ordena” la Santa Madre iglesia y Cristo sigue en los lugares de culto, clavado en una cruz. Nos mandan pedir al santo que nosotros hayamos elegido, y Cristo sigue muerto. Nos leen unos versículos de la Biblia y al final nos dicen…”palabra de dios”; pero la Palabra de Dios no se explica más que en aquellos versículos que no comprometen a la Religión correspondiente. “No te hagas dioses ajenos”, no llamarás Padre a nadie en la tierra…, (espiritualmente, y sin embargo tenemos un santo padre en la tierra. Mateo 23:9 ) no te inclinarás ante ningún hombre, y por la televisión vemos el regocijo de quien recibe hasta reyes que se inclinan y se arrodillan ante otro hombre semejante a él, buscando su propia gloria. Luego nos dicen que son representantes de Cristo; pero sabemos que Cristo está muy bien representado por su Padre, bien llamado Santo Padre.

   Este escrito no pretende “meterse” contra nadie, humildemente pretende defender la Verdad y solamente la Verdad  La Verdad es el mismo Cristo. También es el Camino. Cristo lo es todo, para los que, solamente en él creemos. Quien no está conmigo está contra mí. Jesús es nuestra única Salvación. Poner la fe en imágenes es pura idolatría.

   La vida de los que creen en imágenes puede cambiarla Jesús, por medio del Espíritu Santo. La religión es una cosa y Dios es otra muy distinta. Los miembros de ETA son católicos romanos y matan con mucha alegría.  Un obispo famoso los defendía, y los sigue defendiendo. Una emisora muy famosa, propiedad de la iglesia romana, no habla de Cristo, siempre habla de política, con mucha crispación, con insultos, sembrando odio, en vez de sembrar paz.
Cecilio García Fernández
9-7-07
    

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