lunes, 29 de agosto de 2011

LA VERDAD

Jesús nos dijo a los hombres,                      
 que  él,  era  la Verdad.
Luego, que nadie se asombre,
porque en él, no hay vanidad,
y tu “verdad” no  la nombres;
pues somos pura maldad.

Cuando estamos cuatro juntos,
incultos  ó  con  cultura,
existen cuatro opiniones
y verdadera, ninguna.
En todas las reuniones
siempre existe una laguna.

Cuando hablamos de colores,
impera  la  confusión.
A veces, causa dolores;
porque al poner la ilusión,
desvaneces los amores
que salen del corazón.

¡El color rojo,  el mejor!
¿pero mejor que el naranja?
¡Mirar, me causáis dolor,
ya que el rojo y el naranja,
los dos son  de mal color,
¡tú tienes mucha arrogancia!

De música, ya no hablamos,
y de deportes tampoco,
y de las mujeres menos
para no terminar locos.
De lo que no conocemos,
debemos de hablar muy poco.

Por eso; nuestro Señor,
es todo Sabiduría,
él nos calma hasta el dolor;
cosa que yo  no  sabía;
ahora gozo del honor,
de amarle por su valía.

Jesús, única Verdad,
todo en él es  armonía,
nos perdonó la maldad,
y nadie la merecía.

Jesús sufrió por los hombres
con grandes padecimientos.

Dio  su vida  por  nosotros

sufriendo grandes  tormentos,
y somos igual que lobos,
con muy malos sentimientos.

Antes de ir a la Cruz,
tuvo desfallecimientos,
sufrió, siendo nuestra Luz.
Yo merezco un escarmiento.
¡Dios mío, dame Tu Cruz!
la que casi estoy cogiendo.

Diste Tu vida por mí.
¿Puedo yo comprender esto?
La diste,  por  que  yo  fui,
orgulloso  y  deshonesto,
y jamás te obedecí,
y tú, no mereces  esto.

Señor, te quiero pedir
con todo mi corazón,
que abras los ojos al mundo
porque perdió la razón,
y aman más todo lo inmundo
que mora en el corazón.

No quieren seguirte a Ti.
Prefieren las religiones.
Esas no sufren por mí;
pues no tienen corazones.
Tu sabes que esto es así,
y sin más explicaciones.

Diste la vida por todos;
más no todos te han creído.
Pagarán de todos modos,
ya que hay mucho  entremetido.
Ponen su fe en los hombres;
pero en los  más engreídos.

El hombre es todo usura,
desde el último al primero.
La Verdad siempre es Jesús,
que es mi y hermano y compañero.

Cecilio García Fernández
San Martín de Podes




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