lunes, 29 de agosto de 2011

LA VISIÓN DEL HIJO

     Vi siete candeleros de oro, y … a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies (Apocalipsis 1:12-13). Ya no llevaba la ropa de siervo, ceñido a la cintura, sino la del amo.
     “Y ceñido por el pecho con un cinto de oro” (v.13) El dulce lugar donde Juan recostaba la cabeza ahora está cubierto por el cinto de oro, símbolo de la gloria; pero también de la perfecta gloria divina.
     “Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve” (v. 14). La pureza, la santidad y justicia personales son la de un juicio justo.
     “Sus ojos como llama de fuego (v. 14). Nada ni nadie escapa de su mirada que discierne los pensamientos más profundos.
     “Y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno” (v. 15). Sus pies de bronce le permiten ir a donde se halla el mal para juzgarlo y condenarlo mediante el fuego.
     “Y su voz como estruendo de muchas aguas” (v. 15). Aquí es la voz del Todopoderoso.
     “Tenía en su diestra siete estrellas” (v. 16). Tenía en su mano: sostén poderoso de la Iglesia vista en las siete estrellas: sus representantes místicos (v. 20). responsables de las misiones que recibieron.
     “ De su boca salía una espada aguda de dos filos” (v. 16). El Hijo del Hombre ejercerá su juicio conforme a la Palabra de Dios.
     Y su rostro era como el sol como cuando resplandece en su fuerza” (v. 16), autoridad, dominación y luz supremas establecidas.
      ¡Que pequeños somos ante la grandeza del Hijo del Hombre!, y que orgullo tenemos cuando vemos lo que somos, que no disponemos de nada y por ese nada nos matamos como bestias del campo. ¿Qué astuto es Satanás que nos engaña como a simples corderos haciéndonos creer que si adoramos una imagen que, si es de madera arde como lo que es, madera, y si la depositamos en el río la lleva la corriente, su madera envejece en cuatro días y la comen los gusanos. ¡Ahí es donde muchos hombres y mujeres depositan su fe!
     (El Apóstol Juan escribió:) No tengo yo mayor gozo que éste, el oír que mis hijos andan en la verdad.   3ª Juan 1:4
      A menudo la Escritura emplea un lenguaje metafórico. Habla del “andar” para evocar la conducta. Así se trata de andar en la luz, en el amor y en la verdad. El andar en la verdad tiene algo en común con el andar físico: se da un paso tras otro. Nuestros días están constituidos por una sucesión de decisiones, palabras y actitudes que pueden ser verdaderas, o por el contrario, pueden estar marcadas por la falsedad y la hipocresía- De opción en opción., de instante en instante, poco a poco se conoce la situación en que uno se encuentra, sea en la verdad ó en la mentira.
     ¿Cómo andar en la verdad? De poco nos sirve saber la Biblia de memoria. Es necesario vivirla en todos los aspectos. Nuestra vida forma un todo a través del cual la verdad debe brillar. Cristo es la luz que ilumina nuestro camino y controla todos nuestros actos, siempre bajo la mirada atenta del Espíritu Santo. 
      Lucas 14:25. Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre, y madre, y mujer e hijos, y hermanos, y hermanas, y aún también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
      Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.
       La vida cristiana no resulta dura si tenemos fe; porque Jesús dio su vida por todos los hombres, sin excluir ni uno. ¿Cuántos se salvan? Pocos; pues dice la Palabra que son muchos los llamados  y pocos los escogidos.
      Seguir a Cristo es vivir en armonía con Dios y esto nos resulta duro a los pecadores, que somos todos. Seguir a un ídolo es sencillo y fácil. Hay hombres y mujeres admiradores  de santos y santas que no saben que tipo de vida han llevado sus dioses y por otra parte tales dioses nada exigen. Ni oyen, ni ven, ni sienten, ni padecen, por eso resulta sencillo seguirlas, ya que nada tenemos que hacer para imitarlas, puesto que solamente Dios ha conocido sus vidas y sus pensamientos.

Cecilio García Fernández
San Martín de Podes

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