sábado, 20 de agosto de 2011

LA VIDA

La vida resulta cruda,
y  mala de digerir;
pues  naces  para morir,
por nacer ya pecadores,
causantes de mil dolores
que  debemos  resistir.

Muchos que dicen ser sabios
ignoran nuestro destino.
Creo que es un desatino
expresarse con torpeza,
¿Para que es nuestra cabeza?
Para que hilemos muy fino.

 Pero cual es el destino
¿Si es que se puede saber?
Habrá un gran amanecer,
pues Jesús lo prometió.
La Palabra que nos dio,
la debemos de “comer”.

¡Cuánto prometio Jesús,
 y el mundo lo desconoce!
Creedme, es un gran goce
seguir su comportamiento,
suave, cual brisa de viento,
que no causa el menor roce.

Su Palabra, es tan sabia,
porque es el Verbo Divino,
y no es ningún desatino
decir que es la Salvación,
y ésta es la mejor razón
que te lleva a buen destino.

Renueva todas las mentes,
que conocen su poder,
y es fácil de suponer,
que la fe se desarrolla,
como presión de una olla,
que no explota por cocer.

Nos hace nacer de nuevo,
y cambia viejas costumbres,
de ofensas y podredumbres,
de pensamientos perversos,
por eso escribo estos versos,
mientras cuecen mis legumbres.

   La Palabra del Señor,

es el propio Dios Eterno,
y es Divina, y es de tercos
cambiarla por una estampa,
que hace caer en la trampa,
igual que hacen los conejos.

Hay muchos textos paganos,
que apartan de la Verdad,
mas son flor de vanidad
que engañan solo un momento;
mas Cristo, no enseña esto,
él nos da la Libertad.
.
   Si yo no creyese a Dios,
iba seguir siempre a Cristo;
porque su enseñanza he visto,
escrita en un libro Santo,
y para mi, no es quebranto,
creer en lo que no visto.

    No he visto el aire, ni el viento;
pero he visto sus destrozos,
que perturban nuestros gozos,
y aunque el vendaval no veo;
a veces, sentí mareos,
allá, en mis años más mozos.

    Por ver un árbol partir
ya aseguras  que fue el viento,
por eso, un escarmiento
puede hacer reflexionar;
al que nos quiere ocultar
que Cristo ha creado el viento.

    Según dicen, los más “sabios”,
nacimos de una explosión,
y yo no encuentro razón
para explicar, que una mecha,
fue quien creo la cosecha,
que come cualquier bribón.

   Otros que te hablan del mono,
por un exceso de vino,
que es cuando ven lo divino,
porque hay mentes turbulentas,
que los dejas ó revientas,
pues son necios “adivinos”.

Cecilio García Fernández

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