domingo, 28 de agosto de 2011

LAS MENTIRAS

 Pido atención a quien lee,
y a quien lee, la atención,
y aprende en ésta ocasión
que jamás has de mentir,
¡no te trates de inmiscuir
pues nadie tiene razón!

   Todos somos muy sabihondos,
todos tenemos razón;
todos, siempre a la sazón
sabemos lo que decimos;
mas como todos mentimos,
es falsa  esta afirmación.

   El mentir es sutileza,
cuando no hay mala intención;
pero en alguna ocasión
hacemos un daño cruento,
y esta verdad no es un cuento,
ni es mala imaginación.

   La mentira y la calumnia
son sinónimos las dos,
y no fue invento de Dios;
mas bien fue de Lucifer,
que jamás nos deja ver
la Verdad, ni en mi, ni en vos.

   La mentira es peligrosa,
porque su daño es atroz,
ya que oyes con fuerte voz
calumnias que hacen gran daño;
cuando llega el desengaño
ya recibiste la coz.

   Hay quien cree sus mentiras,
y otros dicen: son piadosas;
pero escucha: Las dos cosas,
son unos hechos perversos,
y aunque te lo digo en versos,
son mentiras perniciosas.

   Buscar siempre la verdad
es ahuyentar la mentira.
Aquí, ni afloja ni estira.
Existe mucha verdad,
una, la gran vanidad,
también tenemos gran ira.
   Aquel que cuenta mentiras
jamás dice una verdad,
y no es por casualidad,
es por andar con engaños
y recibir desengaños.
¡Jesús, es la gran Verdad!

   Mucho tendrá que contar,
quien no hace mas que mentir,
y empezaré por decir:
¡No duden de cuanto digo!
¡Compasión para el mendigo,
pues no vive sin pedir!

   ¿Seguimos con las mentiras
o hablamos de la Verdad?
En esta no hallas maldad,
ya que la Verdad es Cristo,
sé que lo das por bien visto.
¡Ni mintió, ni mentirá!

   La verdad y la mentira
son malas de discernir,
una, la hay que bendecir;
nunca decir nada malo;
hablar bien, es bien decir,
y callar, lo que has callado.

   El necio y el mentiroso
tienen un gran parecido.
¿Quién es más favorecido?
¡No te puedo contestar!
porque soy necio al hablar
no sabiendo  lo que digo.

   EL que anda por esta senda,
habla y no sabe callar,
corre como el caballar,
y hablando siempre es ligero;
pero el hombre que es sincero,
nunca ofende por no hablar.

   Ama siempre la Verdad
a donde quiera que esté,
pues todo lo que se ve
es variable como el viento,
la Verdad espiritual
si la tienes, va por dentro.

Salinas, Octubre 2006
Cecilio García Fernández.


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