domingo, 28 de agosto de 2011

LAS LUCHAS

Los peces en el mar, trazan con curvas,
cuando buscan, ó huyen de una presa,
y luchan en sus aguas, que hoy son  turbias,
y sirven de festín, en nuestras mesas.
Los enemigos existen por desgracia,
en los mares los cielos  y  en la tierra,
pero los  grandes, luchan con su gracia,
comiendo al  pez pequeño, que se aterra.
También los pájaros, que crían en los nidos,
sienten  el sufrimiento de ésta guerra:
por no hallarse bastante protegidos,
sin poder formular, su humilde y triste queja;
pues  no luchan para aumentar su cuenta,
ni tampoco pretenden hacer una cruzada.
Desconocen   el  mal,  y  no  torturan,
como  hacemos los humanos diariamente;
puesto que  ellos, ni critican  ni  murmuran,
y  aceptan  su  destino  humildemente.
Ellos se ayudan, unidos en  manadas,
y  no  toman  revanchas,  en  su  lucha.
y Dios  los  alimenta, de forma organizada.
 recibiendo  el  calor, y lluvia  como ducha.
Imitemos a peces, y a  animales,
que no matan por envidias, ni rencores,
jamás luchan por causas tan banales,
como hacemos los hombres, sin honores.
Oremos de noche y día, por toda la humanidad.
Oremos por quien no cree, pues vive en la obscuridad.
Oremos por esos pobres que adoran a los humanos,
que  solo aman el poder, y tienen sucias sus manos;
porque engañan a las almas, los considero tiranos;
Dios nos prohibe mentir, mis queridos ciudadanos.
Con toda la fe que tengo, voy a pedir al Señor,
que les quite  esas vendas, que causan tanto dolor,
pues recuerdo malos tiempos, fruto de la Inquisición,
cuando quemaban cristianos, como quien quema carbón.
Además de perdonarlos, dales mucha humillación,
porque el orgullo es dañino, y destroza el corazón,
y  va cerrando  caminos,  que  van  a la Salvación.

Cecilio García Fernández

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