Ayer fue violado un niño con dos años de existencia.¿Y nos llamamos cristianos?¡Que Dios nos dé su clemencia! La niña perdió la vida,Dios le dio la Salvación;¡pero los padres que sufren,no hallan la consolación!
Los matrimonios se matancon cuchillos ó navajas,con martillos y escopetas,luego vienen las mortajas.
La droga, alcohol, tabaco,sexo, más pornografía,se practica en los hogares,con excesiva osadía.
Los políticos se insultan,se tratan, como “basura”.¿Cómo no van al siquiatra?¡Dicen que no tienen cura!
Los matrimonios se rompencomo fina porcelana,porque el mundo se corrompe,porque a ellos les da la gana.
Por un ¡quítame me ésta paja!los dos cambian de pareja, y los hijos disconformesformulan su humilde queja.
¿Qué decir de las lesbianasque renuncian a un marido,porque les gustan las faldas?Lo explico, bien resumido.
¿Quieres hablar de los hombresque se besan en la boca?¿Qué les harán a los niños? ¡La humanidad está loca!
Los niños en los colegiosson los dueño de la arena;pero el mundo se derrumba,aunque me cause gran pena. Hay niños que se suicidan
por no aguantar la presión,y los padres no se enteran,y no saben la razón.
Los conductores de cochesno practican la obediencia,y van “pisando” y fumando,mientras haya resistencia.
Hoy el negocio seguroes poner un tanatorio,porque los muertos abundany está lleno el velatorio.
Guerras tenemos bastantesporque son un buen negocio,ya que, mueran los que mueran,¡es muy grande el crematorio!
Los niños se mueren de hambre y duermen en las cunetas,y los “sabios” gobernantesles regalan metralletas.
Por la falta de trabajonos inundan de mujeres,que las traen engañadas para hacer otros deberes.
Otros se mueren en barcaspara pasar el Estrecho;para comer unas viandasen éste mundo maltrecho.
Los hombres somos causantesde todos los sinsabores,de la explotación humana,de los odios y rencores.
Si hubiese fe suficientepara clamar al Señor,él iba poner remedioa tanta muerte y dolor.
Sodoma, como Gomorra,por practicar doble sexo,Dios les quemó con azufre,¡qué a ti no te pase eso!
Cecilio García FernándezSan Martín de Podes
con dos años de existencia.
¿Y nos llamamos cristianos?
¡Que Dios nos dé su clemencia!
La niña perdió la vida,
Dios le dio la Salvación;
¡pero los padres que sufren,
no hallan la consolación!
Los matrimonios se matan
con cuchillos ó navajas,
con martillos y escopetas,
luego vienen las mortajas.
La droga, alcohol, tabaco,
sexo, más pornografía,
se practica en los hogares,
con excesiva osadía.
Los políticos se insultan,
se tratan, como “basura”.
¿Cómo no van al siquiatra?
¡Dicen que no tienen cura!
Los matrimonios se rompen
como fina porcelana,
porque el mundo se corrompe,
porque a ellos les da la gana.
Por un ¡quítame me ésta paja!
los dos cambian de pareja,
y los hijos disconformes
formulan su humilde queja.
¿Qué decir de las lesbianas
que renuncian a un marido,
porque les gustan las faldas?
Lo explico, bien resumido.
¿Quieres hablar de los hombres
que se besan en la boca?
¿Qué les harán a los niños?
¡La humanidad está loca!
Los niños en los colegios
son los dueño de la arena;
pero el mundo se derrumba,
aunque me cause gran pena.
Hay niños que se suicidan
por no aguantar la presión,
y los padres no se enteran,
y no saben la razón.
Los conductores de coches
no practican la obediencia,
y van “pisando” y fumando,
mientras haya resistencia.
Hoy el negocio seguro
es poner un tanatorio,
porque los muertos abundan
y está lleno el velatorio.
Guerras tenemos bastantes
porque son un buen negocio,
ya que, mueran los que mueran,
¡es muy grande el crematorio!
Los niños se mueren de hambre
y duermen en las cunetas,
y los “sabios” gobernantes
les regalan metralletas.
Por la falta de trabajo
nos inundan de mujeres,
que las traen engañadas
para hacer otros deberes.
Otros se mueren en barcas
para pasar el Estrecho;
para comer unas viandas
en éste mundo maltrecho.
Los hombres somos causantes
de todos los sinsabores,
de la explotación humana,
de los odios y rencores.
Si hubiese fe suficiente
para clamar al Señor,
él iba poner remedio
a tanta muerte y dolor.
Sodoma, como Gomorra,
por practicar doble sexo,
Dios les quemó con azufre,
¡qué a ti no te pase eso!
Cecilio García Fernández
San Martín de Podes
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