Yo compadezco a los hombres
que viven sin ilusión,
porque es la peor razón
para lograr una meta;
no siendo que haya una treta,
guardada en el corazón.
Las ilusiones son vanas
si aspiras solo a fortuna;
porque sé, que más de una,
y me refiero a ilusiones,
que destrozó corazones
por no poner la “vacuna”.
Para formar bien a un hombre
hay que empezar de pequeños,
porque los fuegos sin leños
poco calor van a dar;
y entonces, el amasar,
es de torpes y de necios.
No hay buen pan sin levadura,
ni alumno, sin un maestro,
y sé bien porque digo esto;
ya que tengo muchos años,
y sufrí mil desengaños,
y aguantando malos gestos.
Jamás te fíes de nadie,
para evitar sufrimientos;
que pueden ser escarmientos
que alteran la adrenalina,
que inflama, como bencina,
nuestros flacos sentimientos.
Todos vivimos sedientos,
y Cristo es el Agua Viva,
que cura y sana la herida
y también quita la sed,
de todo el que no es soez
y aprecia lo que es la vida.
Hay millones de sedientos
que ven el agua correr;
pero no pueden creer
que el agua que está corriendo,
los puede estar consumiendo;
porque no quita la sed.
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