sábado, 27 de agosto de 2011

MIS DOLORES

      De tal modo, mis dolores,
me traen malas partidas,
dándolas ya por perdidas,
porque no hay medicamento
que me libre del tormento,
para aliviar mis heridas.

      Ya que la ciencia, si es ciencia,
nos tendría que sanar;
y no gastar presupuestos,
en armas para matar.
¡Dinero, son las razones
por la ambición de ganar!

      Los médicos bien se esfuerzan;
pues no quieren fracasar;
y luchan para ayudar
a quien les pide el consuelo;
y en esto, soy el primero:
Lo tengo que confesar.

     No conociendo la causa,
¿cómo me vas dar consuelo?
Pisemos firme en el suelo,
pues desde que existe tierra,
no existe paz; -todo es guerra-
porque el hombre es usurero.

     Corazones como piedras
no temen peligro alguno;
más yo sé, que es  oportuno,
que al menos se unan dos,
porque si estamos con Dios,
somos más que dos, en  uno.

       El mal, y la enfermedad,
son como árbol que retoña;
pero no lo digo en “coña”,
puesto que mi sufrimiento,
sube y baja, como el viento,
cuando hace una carantoña.

      Investigador en ciencias;
sobre todo en medicina,
no me lleves a la ruina,
porque que mi dolor, es pena,
y es peor que una condena,
y yo  te lo digo en rima.

      Un médico inteligente,
tranquiliza, a su paciente,
y éste, sana lentamente,
porque una suave sonrisa,
es más fuerte que una brisa,
que acaricia tiernamente.

     El médico y la paciencia
van cogidos de la mano;
son como el jamón Serrano
que nos quita el apetito,
y calma, cuando hay un grito,
por el hambre de un humano.

      Aquel que manda las penas,
es quien nos da el sufrimiento,
porque el alma, si hay tormento,
necesita un tratamiento,
como las velas al viento,
al navegar sotavento.

      Aunque navegues sufriendo,
con rigor que te atormente,
jamás bajemos la frente
por cualquier causa o motivo;
porque el hombre que es altivo,
jamás puede ser decente.

      Yo relato mis penurias,
y jamás temo a la gente;
más, cuando habla el insolente,
hay que sacar la paciencia,
y aquí, si que existe ciencia:
Practícala diariamente.

      Bendita toda la ciencia
que merece bendición;
porque es la mejor razón
para el hombre equilibrado,
que puede no estar sobrado
de luchar con ilusión.

      Todos nacimos desnudos;
¿mas, quien son nuestros ancestros?
Unos vivos y otros muertos;
pero marcan el destino,
y aunque a veces desatino,
sé muy bien porque digo esto.

Cecilio García Fernández.
 Salinas

No hay comentarios:

Publicar un comentario