lunes, 29 de agosto de 2011

LA VID VERDADERA

Juan 15:5-6-7-10-11-12-13-14-15. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque, separados de mí nada podéis hacer. (6) El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. (7) Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y  os será hecho. (10) Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. (11) Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. (12) Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. (13) Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos. l4) Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. (15) Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. JUAN 16:7-8-26.- (7) Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré (8) Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Toda la Biblia es Palabra
inspirada por Dios Santo.
Deja que su puerta se abra.
Jamás tendrás desencanto.
Si el mundo entero creyera
la Palabra del Señor,
no habría más “religiones”,
se terminaba el dolor,
ya no habría explotaciones,
ni tampoco explotador.
Cuando Cristo se marchó,
mandó el Espíritu Santo,
y él vive con nosotros,
y nos cubre con su manto.
El  Espíritu  nos  guía,
de la noche a la mañana,
no precisamos de hombres.
¡No nos sirven para nada!
Cuando necesito algo,
siempre lo pido al Señor;
pero en el nombre de Cristo,
el que nos calma el dolor.
Todo lo que has de hacer,
consúltalo con el Padre;
por medio del Salvador,
y deja a su Santa Madre,
y a esos millares de santos;
porque esa puerta no se abre.
Practiquemos la oración
como mandó Jesucristo,
para evitar tentación.
¡Quién no ora está bien listo!
Saber  que no estamos solos,
el Señor nos acompaña;
más debemos consultar,
al que nació en la cabaña.
Los hombres deben de amarle,
ya que Cristo es nuestra vida,
y no existe otra Verdad,
ni en la muerte ni en la vida.
Pensar en el compañero,
y en todo necesitado;
pero siempre lo primero,
es vivir enamorado,
del que murió en el madero.
¡Fue por ti y por mí, clavado!
¡El “siempre” será el primero!
¡Gracias Señor de la vida!
¡Gracias Señor del AMOR!
¡Tu muerte no hay quien la mida!
¡Mira sí tiene valor!
¡Viviste peor que un pobre!
¡Viviste con gran honor!
¡Bendita sea Tu Sangre
que calma mi gran dolor!
¡Expresarlo con clamor!

 Cecilio García Fernández
San Martín de Podes

No hay comentarios:

Publicar un comentario