lunes, 29 de agosto de 2011

LAS GUERRAS

    Me levanté deprimido
tocado por el dolor
de sirenas de clamor,
que oí por Cadena Ser,
que me han hecho estremecer
y  me llenan  de estupor.(1)

    Como estoy metido en años
recuerdo tiempos pasados
que ya tenía olvidados
y ahora vuelven renacer
y me  hacen retroceder,
a otros tiempos marginados.

    Yo sufrí las consecuencias
de una guerra despiadada
que jamás puede dar nada
útil, para el ser humano;
pero siempre hay un tirano
que se hace con la manada.

    Hay corazones perversos
que luchan con fanatismo,
siempre dentro del abismo,
y en su plena obscuridad,
pues viven con su maldad
con su egoísmo y cinismo.

    No les importan los niños
ni que les falte una pierna,
ellos tienen su caverna,
y muy duro el corazón,
y ésta es la triste razón,
de tanto amor a la guerra.

    Ya no respetan a Dios;
pero no pierden la misa;
más yo lloro, que no es risa,
es de  pena y amargura
por ver tanta sepultura,
de  los pobres sin camisa.

    Vivimos años en paz;
aunque con muchas torpezas;
que es fruto de las flaquezas
de los hombres corrompidos
que nos tienen oprimidos
y ahora formulo mis quejas.





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