domingo, 28 de agosto de 2011

¡LAS “BUENAS” COMPAÑÍAS!

   ¡Amistades peligrosas
siempre serán turbulentas!
cómo van salir tus cuentas
si practicas las falacias.
El mal, para tus desgracias,
tiene malas consecuencias.

Un jugador me decía
que se debe discernir,
entre quien suele mentir
y quien juega, día a día,
con tan poca gallardía,
que no sabes que decir.

   Busquemos un compañero
carente de  vanidad,
que sepa lo que es verdad
y que respete al contrario.
La vida no es un calvario.
¿Por qué te he de soportar?

   Los juegos tienen sus reglas
que debemos respetar;
no siempre es bueno ganar
si se atropella al contrario;
y esto nos suceda a diario.
¡Hay que lo manifestar!

   Hay quien juega, por desgracia,
y no tiene buen  perder,
y siempre quieren vencer,
haciendo del juego un lance
y todo aquel que no avance,
tendrá que retroceder.

   Unos hablan a destiempo
molestando a su contrario,
y otros, cantan en binario,
pues no saben respetar
a los que quieren jugar
sin seguir su itinerario.

   Hay quien quiere relajarse
jugando por diversión.
Hay quien sin tener razón
te suelta una puñalada,
y esto siempre desagrada;
pues te altera el corazón.

   Hay quien juega blasfemando

y no cesa de gritar,
¿adónde iremos parar
si no entramos en razones?
¡Quiero nobles corazones
propicios a razonar!

   Los que se muerden las uñas
cuando no pueden ganar,
que dejen ya de incordiar;
porque esto no es una guerra,
y esta conducta me aterra.
¡Donde hay guerra nunca hay paz!
 
  Cambiemos nuestra conducta,
respetemos al contrario,
el juego no es un calvario,
ni una batalla sangrienta,
ni una lucha terca y cruenta.
Es un juego milenario.

 Cuando salimos de casa,

para jugar noblemente,

no seamos irreverentes
y juguemos con nobleza;
no lo hagamos con torpeza,
si es que hay dos dedos de frente.

   Si me ayudas, yo te ayudo,
si yo te doy, tu me das;
pero mira a donde vas,
¡los juegos tienen sus reglas!;
pero si no los arreglas
todo te va a salir mal..

   ¿Cambiaremos los modales
por otro comportamiento?
Hay que saber que si miento
me van a llamar “don trampas”;
¡mira bien por donde acampas
y protégete del viento.

   Dejemos la fiesta en paz
y juguemos con nobleza,
porque de pies a cabeza
el hombre debe ser hombre;
¡pero que nadie se asombre!.
¡Lo digo con gran tristeza!

Avilés, 19-10-06-
Cecilio García Fernández.


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