viernes, 5 de agosto de 2011

SENTIMIENTOS

      Aquí me pongo a exprar

mis más nobles sentimientos,

que vuelan como los vientos
que de rama en rama van..
No esconderé lo  que dan,
mis más bajos pensamientos.

      Hay pensamientos del alma
que suelen ser nuestra ruina;
porque  así  lo determina
el Príncipe de éste mundo,
que saca de lo profundo
el mal que ya se adivina.

     No valen Santos del Cielo
para cambiar pensamientos;
al necio, solo escarmientos
pueden darle resultado;
ya que el mal está heredado
y ya no sirven lamentos.

     Dios siempre está condolido
porque hay almas afligidas
que sufren por sus heridas
y no se pueden curar,
porque a Dios no quieren dar
las almas ya referidas.

      Soy la Fuente de la Vida,
Yo soy el Camino Estrecho,
Yo soy quien todo lo ha hecho,
Yo perdono a pecadores,
Yo os quito los dolores.
Yo siempre ayudo al maltrecho.

     Cristo alivia nuestras penas;
más no las quiere quitar,
pus  le vamos a olvidar
si nos quita el sufrimiento,
y esto es un quebrantamiento
que tengo que soportar.

     Juntemos mucha experiencia
para poderla exportar;
porque que es bendición el dar
y nunca es bueno pedir,
lo tenemos que decir,
y amar siempre la verdad.

     Mis sentimientos son buenos
al asumir la Palabra;
porque ella es la que en mí labra,
sembrando sabia semilla,
que me hace hincar la rodilla
por donde quiera que vaya.

      Quien no viva en Su presencia
tiene en casa al enemigo,
por eso a ti te lo digo;
pues conozco su poder
y sé, que su proceder
es tenernos a su abrigo.

     El enemigo es astuto
perverso y provocador,
más no le causa dolor
el hombre que no ama nada,
pues quien es de su manada
es su más fiel servidor.

      Más Cristo que es Poderoso,
Sabio y Santo en el amor,
Él concibió, con dolor,
que para salvarme a mí
sufrió en la Cruz, y fue allí,
donde a mi me redimió.

      Por tan noble sacrificio
y notoria salvación,
yo Te doy mi corazón
con todo amor y certeza,
y de pies a la cabeza
te doy todo lo que soy.

      Aunque yo te doy mi mente,
mi alma y mi corazón,
a Ti te sobra razón
para que te dé mi vida
porque ya está redimida
por la Cruz de Salvación.

     Formo parte de Tú cuerpo
porque que Tú me lo has pedido;
y yo, que lo he comprendido,
me entregué de corazón,
y no existe más razón;
más yo no lo he merecido.

Cecilio García Fernández.

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