martes, 16 de agosto de 2011

PENSAMIENTOS

Mucho he luchado en la vida,
de mil formas y maneras;
e iba sangrando mi herida
por caminos y veredas.

La lucha siempre fue dura
 para  todos los  mortales.
Gracias a Dios no perduran
todas las calamidades.

Hay momentos de sosiego,
hay momentos sin dolor.
Esto hay que agradecerlo
a Jesús, mi Salvador.

Porque tenemos amor,
hay recompensa en la vida,
Él es quien calma el dolor
y cicatriza la herida.

Cuando hablamos del amor
dejamos cosas banales,
unas quitan el dolor,
las otras nos causan males.

Pregunto: ¿De dónde viene
el exceso de dolor?
De nuestra conducta humana
rebelde como un traidor.

¿De dónde viene la vida
que está llena de tormentos?
¡Mirar que nadie nos dice
de dónde vienen los vientos!

El viento me da en la cara,
luego sigue su camino;
Jamás sé de donde viene,
ni  tampoco su destino.

¿Quién controla las tormentas
los fríos y los calores?
Estas las controla Dios;
pero el Diablo los rencores.

Si la envidia no existiese
y la ambición no naciera,
el hombre era más feliz
y esto lo sabe cualquiera.

No hay ricos en las prisiones
porque no existe justicia.
Vivimos para el dinero.
por exceso de avaricia.
.

Corrí por muchos caminos,
troté por mil carreteras,
sé lo que son desatinos
por saltar muchas barreras.

Por donde quiera que fui,
vi. alegrías y tristezas.
De todo lo que sentí,
abundaron las flaquezas.

¡Mirar que la vida es dura;
pero también es hermosa!
sé que todo no perdura
pues somos como una rosa.

Luego, yo no sé por qué
siempre andamos con reyertas,
es que el ciego jamás ve
y están cerradas sus puertas.

Señor: Te quiero pedir
con todo amor y franqueza,
que vengas a  bendecirnos
de los pies a la cabeza.

Tenemos que ser muy fieles
con todos los semejantes,
no saquemos nuestras hieles
aunque tenemos bastantes.

Saber que la vida es corta
con seguridad suprema.
Voy a darte un gran consejo:
Si no me escuchas, ¡qué pena!

Aquí estamos cuatro días;
pero además, ya contados,
pero nos queda otra vida
de la que no hemos hablado.

Debes leer la Palabra,
como la leyó Jesús.
y no tengas tanta prisa,
que no vas en autobús.

Piensa algo más en tu vida,
que Judas no te de un beso,
no hagas a nadie una herida
que el hombre sabio no hace eso.

Puedo darte mi experiencia,
aunque yo no soy un  Santo;
pero ven muy pronto a verme,
porque sé que pronto parto.

Cecilio García Fernández.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario