Me gusta hablar con la gente
que encuentro por los caminos,
y siempre ser consecuente
sin cometer desatinos.
Todas mis conversaciones
tienen temas del dolor.
Son muy malas conclusiones;
pero son de éste color.
Sin el dolor, no vivimos,
todos los seres humanos.
Esto nos dijo el Maestro.
¡Los dolores no son vanos!
Para agarrase a la Cruz,
hay que pagar un buen precio,
porque nos da mucha Luz.
Yo a la Luz, le tengo aprecio.
El camino es escabroso;
pero lo pasó el Maestro,
y por el, hay que seguir,
ya que es el camino recto.
Hablas con muchos amigos;
pero hablas de cosas vanas.
Quisiera hablarles de Cristo,
pero quedas con las ganas!
El que no tiene inquietudes,
cualquier cosa le va bien.
Sufren, como los primeros;
pero sin probar la miel.
La vida, es sufrimiento,
y no hay otra solución.
Viene a ser, como es el viento;
sin rumbo, sin otra opción.
Los ricos hacen alarde
de sus inmundas riquezas;
más tu pobre, al ver al rico,
no maldigas tus miserias,
que el necio, con sus tesoros,
y el pobre, con sus flaquezas,
los dos nacieron desnudos,
y así van para la tierra
Nadie puede presumir,
en éste mundo traidor,
pues si perdemos a Cristo,
todo es penumbra y dolor.
La guerra ya está ganada.
¡Nos la ganó el Salvador!
Debo de ser obediente,
y adorarle, con amor.
Murió por todos los seres;
hasta por los criminales;
pero pídele el perdón,
que así, seremos iguales
Satanás tiene poder
para tentar a los hombre;
pero a los hijos de Dios
ni tocarnos –no te asombres-
El que no está con Jesús,
y adora seres inmundos,
han rechazado Su Cruz,
van a lugares inmundos.
¡Mártires, con lealtad,
que habéis muerto por Jesús,
ahora veis la Verdad,
amparados por Su Luz!
¡Hay que apartarse del mundo!
¡Adorar solo al Maestro!
Él nos enseña otro rumbo
Y también “el Padrenuestro”.
Asistir a reuniones
donde el Maestro sea Cristo.
No hacer caso de los hombres.
Todos estamos muy vistos.
Cristo no es un negociante,
pues no vino a negociar,
vino a salvarnos a todos.
No lo puedes olvidar.
Su sacrificio ya es nuestro,
por su Palabra Divina,
pero, ¡cuantos han quemado!
Y las familias en ruina.
Todo aquel que ama al Señor,
que olvide los repertorios,
porque no traen amor,
solo traen purgatorios.
¡Abre los ojos Señor
a esos ciegos inocentes,
que están sufriendo el dolor
que les causan esas gentes!
¡Diles que no valen misas,
que salvan a pecadores!
Tampoco valen rosarios.
¡Lo que valen son amores!
Cristo ha muerto en una Cruz,
afligido, en exceso;
pero nos dejó Su Luz.
¿Sabemos cuanto vale eso?
Abre los ojos, Señor,
a los seres “engañados”.
¡Tú que tienes tanto amor!
¡Que no estén abandonados!
No conocen Tú Palabra,
porque fue muy perseguida,
y Cristo sigue sangrando,
siempre por la misma herida.
Cecilio García Fernández.
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