sábado, 13 de agosto de 2011

¿QUÉ ES FE?

       Creer es confiar en algo que no vemos y esperamos recibir. Es confiar que nuestro gobierno nos va a mejorar nuestra situación económica. En ésta vida casi todo es CREER..  Nos han dicho que los niños que habitan en nuestra casa son hermanos nuestros y lo creemos; pero pudiera no ser cierto. Solo Dios sabe de quien somos hijos, y alguna persona más, pero pudiera ocurrir que a los que llamamos, papá y mamá, no sean nuestros padres.

        Cuando el médico nos receta un medicamento, creemos que nos va hacer mucho bien; pero puede hacernos mucho daño ó matarnos, como ya ha ocurrido alguna vez. Creemos que Juan es más rico que Pedro; pero pudiera ser al revés.

        Hombres llamados “infalibles” han dicho que la tierra era plana y se creyó; pero luego se demostró que casi es redonda.

        Creemos en los libros de historia, en el número de habitantes, en el número de niños que diariamente se mueren de hambre; pero es todo cierto?. Los políticos y otros muchos más nos dicen lo que les conviene y nosotros estamos aquí para creernos todo cuanto nos dicen.

       Con éste tema de verdades, medias verdades y mentiras, se puede estar escribiendo un año; pero ¿merece la pena?

       La existencia de Jesús fue una realidad ya que está escrita en los libros de historia, además, no solo por historiadores, sino por diferentes personalidades de diversos países.

        Luego tenemos la Biblia que nos detalla bien la vida de Jesús. En el Antiguo Testamento  constan muchos datos relacionados con la venida de Jesús y todos se han cumplido; luego ya no estamos hablando de un libro escrito por hombres, como dicen algunos, sino por profetas.

       La fe en Jesús es la que nos salva. ¿Por qué el hombre es tan reacio en creer? Porque nos resulta más fácil creer en una religión que nos ofrece la salvación y nos pide muy poco a cambio. En lo económico pide una miseria y en lo espiritual da otra miseria también, ya que creer en imágenes y rezos aprendidos de memoria son miserias fáciles de soportar, porque ¿qué me puede dar ó exigir una imagen?

       Cristo, en principio, solo nos pide arrepentimiento, y la cosa parece sencilla; pero la realidad es otra. Cuándo Nicodemo fue por la noche a visitar a Jesús, éste le dijo, entre otras cosas, que necesitaba nacer de nuevo. Nicodemo no comprendió lo que significaba nacer de nuevo; pero nosotros sabemos que nacer de nuevo significa morir todo nuestro pasado pecaminoso, morir a la crítica, al enfrentamiento por cosas baladíes.

        Nacer de nuevo es creer en la Palabra de Dios que nos habla muy claro, que nos exige mucho, para nuestra condición humana, llena de orgullo, vanidad, envidias, odios, y todo tipo de maldades que todos conocemos. Eso es lo que significa seguir a Jesús, renunciar a todas nuestras maldades.

        Jesús no quiere que pongamos cara de buenos, poniendo las manos juntas, inclinando nuestra cabeza, imitando a las imágenes que hizo el artista. Cristo a estas aptitudes las llama hipocresías y lo que él quiere son corazones sencillos, limpios, puros, santos, siempre dispuestos a dar más que a recibir.

       Jesús nos dice que todo lo que hagamos por un semejante, por un mendigo, por un niño, se lo estamos haciendo a él; pero tengamos presente que él se refiere a lo bueno y a lo malo. Cuando despreciamos a un negro, como ejemplo, lo estamos despreciando a él.; pero si al mismo negro le damos un vaso de agua, se lo estamos dando a Jesús.

       Si un pueblo de pocos habitantes siguiera las enseñanzas de Jesús y se reuniera en un edificio ó lugar cualquier, para aprender más de su Palabra, pedir por los más necesitados del pueblo y sobre todo alabar a Dios, con cánticos, ese pueblo sería como una balsa de aceite y los corazones de todos estarían rebosando paz. Esto es lo que significa ser cristiano, todo lo demás es pretender engañar al vecino, y el vecino también pretende engañarle a usted y, entretanto, nuestra hipocresía nos destruye.

       La Palabra de Dios es Espíritu y sin ella no podemos alimentarnos, ya que somos espíritu, y por lo tanto, tenemos que clamar a Dios por nuestras necesidades y las de nuestros amigos, familiares y vecinos, y de ésta forma se hace una cadena de oración que dará resultados inimaginables.

       Satanás es un espíritu con mucho poder y cuando nos ataca, metiendo en nuestra mente malos pensamientos, solo le podemos derrotar con la Palabra de Dios. Hay que rechazarlo en el nombre de Jesús. Ante ésta palabra se desvanece, aunque volverá pronto a la carga, tal como hacía con Jesús; pero siempre saldrá derrotado. Créame por favor. Ante un rosario bien rezado Satanás nos ataca con todas sus fuerzas ya que estamos haciendo lo que él más desea, que es no recurrir a quien le venció en la Cruz. Esta es la verdad, aunque te amargue.

                                                                           
      La fe, es pues, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve, porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la Palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a donde iba. MATEO,  11:1, 2, 3, y 8.

      Si leemos casi todo el capítulo de Mateo 11, veremos que nos habla de la fe de Noé, Sara, Jacob, Isaac, Rahab la ramera, los muros de Jericó etc.
Si no hay fe, el hombre morirá, ¿ y después qué?. El polvo de donde salimos vuelve a la tierra. ¡Volveos a la tierra Hijos de Adán!.  Salmo 9:3.

      Está establecido para los hombres que se mueran una sola vez. Hebreos 9:27. Nadie puede discutir esta afirmación. En cada pueblo existe un cementerio y en las ciudades además de un cementerio existe como mínimo un crematorio, y todos vamos a ser polvo de la tierra, recordándonos nuestra fatalidad. Aquí dejamos a nuestros seres más queridos y recordamos los que se han ido antes que nosotros. Aquí también se queda nuestra cuenta bancaria, nuestro chalet, nuestro hermoso piso.

     Pero, ¿quién nos trajo aquí para un viaje tan corto y con tantas incomodidades?. Ninguno de nosotros, si estamos en nuestro sano juicio, tomaríamos un tren sin saber el destino. ¿no es cierto?. ¿Por qué somos tan cobardes que no queremos investigar hasta hallar la respuesta correcta, la que nos deje tranquilos y con la seguridad de saber cual es nuestra última estación?

      Muchos dicen que no hay nada, no creen; pero viven con temor. Yo conocí, y no miento, a un hombre que se burlaba de mí, porque yo creía, y creo en la existencia de Dios; pero éste buen hombre, cuando se dio cuenta de que ya le quedaban muy pocas horas, o minutos, le dijo a su mujer: ¡vamos a rezar un rosario!. Creo que fue el único rosario de su vida; pero, ¿para qué sirven los rosarios? ¿Qué es lo que salva, según las palabras de Jesús?¿. ¿Para qué repetimos palabras vanas que ofenden al creador?

      La verdad resulta muy dura a quien confía en figuras; pero yo, como cristiano, aseguro que Jesús es Dios y nos guía, orienta, fortalece, quita temores, y hay una confianza tan grande en él, que nada tememos, porque nada se puede temer teniendo a Jesús.  Jesús es el mismo de siempre, el no cambia, no va con los tiempos, ya que para Dios no existe tiempo, todo es una eternidad. No tiene ni principio ni fin; pero le creemos. Nosotros es muy poco lo que podemos comprender; pero si leemos su Palabra nadie nos puede meter gato por liebre.

      Jesús está vivo y los hombres que se conforman con religiones viven con angustias, con sufrimientos porque nada pueden recibir de aquello que adoran, porque no hay vida en las imágenes.

      La vida presente, corto período de tiempo en la historia de nuestra alma, es una puesta a prueba. Todos tendremos que dar cuenta de lo que hemos hecho con nuestra libertad, con nuestro tiempo, nuestro dinero, salud, facultades físicas, mentales, espirituales, morales, y habrá que responder: ¿qué hemos dicho y hecho cuando nos hablaron de Jesús y despreciábamos a quien nos hablaba de él, considerándole casi como a un tarado mental que depositaba toda su fe en el Creador, habiendo tantas hermosas imágenes que nada nos piden, ni nos reclaman?

      Estas imágenes, creadas por buenos artistas, no pueden darnos nada bueno; pues ellas, solo son madera ó metal modelado a imagen y gusto del artista, ya que su figura no tiene relación con el difunto. Es un dolor que éstas figuras cieguen nuestro entendimiento y nos hacen apartarnos del único Dios verdadero.

      Ellas no pueden mover nuestra conciencia, porque no ofenden hablando, mirando, hacen un mal gesto. Quien sí se ríe es Satanás, el engañador, el que fue vencido por Jesús en la Cruz; pero que, por un tiempo, seguirá luchando contra el hombre y toda la obra de Dios. Esta verdad sé que es dura para los engañados; pero duele porque, solo hay dolor allí donde hay herida.  ¡Jesús es el único remedio para todos tus males!.
      Cristo y sus palabras son muy exigentes. ¡Mira que nos manda perdonar a nuestros enemigos, dar de beber al sediento, visitar los enfermos y hasta los presos!

      Hebreos  13:8 y 9:  Jesucristo es el mismo ayer, y hoy. No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas.

      Los que tenéis puesta vuestra fe en imágenes, perdonarme; pero como estamos tratando de cosas muy serias hay que decir la Verdad, aunque cause mucho dolor.  Quién crea que estoy equivocado, algún día, cuando estemos en presencia del Juez (Hebreos 12:23), tendremos que responder a éstas preguntas.

                                                                         Cecilio García Fernández.
                                     

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