sábado, 13 de agosto de 2011

¿QUÉ ES EL CRISTIANISMO?

Todos los seguidores de cristo somos cristianos de acuerdo con su palabra. Quienes dicen creer a Cristo y al mismo tiempo adoran, veneran, rezan y hacen peticiones a imágenes, están practicando la idolatría, que de acuerdo con la palabra de Dios, está condenada. Lean los mandamientos de Dios.

“El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”.  1 Juan 5:12  (Cuando se habla de la vida o la muerte, siempre es en el sentido espiritual, no en el de la carne)
A todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.  Juan 1:12-13

La promesa del Espíritu Santo.- Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre (ver como Jesús, antes de partir ya nos dejó el Espíritu Santo que habita o mora en todo aquel que acepta a Jesús como único Salvador. Él es el único representante de Dios en la tierra) No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. El que tiene mis mandamientos y los guarde, ese es el que me ama, y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. –Juan 14:15-18-21. Queridos Católicos Romanos: Ver como la Palabra de Dios no hace más que manifestar la Gloria de Dios por medio de Su Hijo, nuestro Salvador. Observa querido lector, como al rezar tu rosario repites constantemente la palabra “Dios te salve María”. (Lo que significa que no era salva) se salvó como yo, gracias a la Sangre de su hijo. Todos los seres que hemos nacido en éste mundo estamos contaminados por el pecado. María no fue una excepción. Jesús no se contaminó con la sangre de José; pero tampoco con la de María. Él nació por el poder del Espíritu Santo, por eso, cuando a los doce años  sus padres lo daban por pedido, y lo hallaron en el templo, su madre le dijo: Hijo, ¿por qué  nos has hecho así? He aquí tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?  En otra ocasión le dijo una mujer, de entre la multitud: Bien aventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste. Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.

   Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición: escoge, pues, la vida.  Yo soy el pan de vida; el que a mi viene nunca tendrá hambre; y el que en mi cree no tendrá sed jamás. De cierto de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida.

   Cientos de versículos nos hablan de la misma forma:  La Biblia, que es la palabra de Dios, nos habla constantemente lo que significa la “idolatría”.  Lean DEUTERONOMIO 5:7-8 y 9 y Éxodo 20:3-4-5.  (Los Diez Mandamientos) 5-No te inclinarás a ellas, -a las imágenes-, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen.

   Tan grave como lo expuesto, es que este importante mandamiento no consta en el “catecismo” que nos han servido las altas autoridades de la Iglesia Católica. ¿Por qué lo ocultarían? ¿Para qué obra trabajan? ¿Quién se habrá equivocado, ya que el fallo está a la vista? ¿Lo harían por creer que iban a seguir siempre con el latín y los plebeyos jamás íbamos a leer una Biblia?

Volvamos al “catecismo”: ¡Doctores tiene la Santa Madre Iglesia que le sabrán responder! Bien, pues que nos respondan.

    La fe que vence al mundo.- Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él. 
  

San Martín de Podes, 3-12-07
Cecilio García Fernández.

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