jueves, 11 de agosto de 2011

RESPUESTA AL PARLAMENTO

       Romanos 1:24 al 32: Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

     Por eso Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aún sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.

      Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de maldades, desobedientes a los Padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de MUERTE, no solo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

       La Palabra de Dios es clara y la de los hombres es desconcertante, como mínimo; pues tanto en radio, prensa, televisión, podemos comprobar la diferencia de criterios, diversidad de opiniones de hombres que, según ellos, han estudiado sicología, siquiatría, y varias carreras más y naturalmente, como “son tan sabios” la Palabra de Dios no merece ni ser leída; pues para sabios, entendidos, inteligentes, y prudentes nosotros; ¿Pero cómo vamos a fiarnos los hombres de la Palabra de Dios?.. ¡Esos homosexuales son enfermos!, ¡no!, que se trata de hombres libres, sin prejuicios.

        Cuando tengo un problema, una duda, sea del tema que sea, siempre me pregunto: ¿Qué haría Jesús en ésta situación?

       Si preguntamos a Jesús por este espinoso tema de homosexuales y lesbianas, nos volvería a mencionar las palabras escritas en Romanos, ya citadas. Jesús no los iba a despreciar, ni mirarlos como bichos raros. Él, como siempre, está dispuesto a perdonar; pero, para perdonar hay que pedir perdón, y tiene que haber arrepentimiento, ya que el problema tiene solución, como también lo tiene la droga, el tabaco y todas las adiciones que existen. Yo conozco un Señor que fue  homosexual  y después de clamar a Dios para que le quitase ese problema, Dios le respondió  y hoy está predicando el evangelio.

       Jesús jamás diría amén a la unión de dos hombres ó dos mujeres. Jesús clamaría a su Padre para la normalización de esos “hombres” y que dejaran a los niños tranquilos y en paz. ¿Pero cómo es posible que se considere como normal el que un niño vea con sus ojos como van para la cama dos hombres?. ¿Qué va hacer ese niño cuando llegue a la pubertad?. ¿Tener una novia?. ¡Imposible!. No se lo consentirían semejantes padres.

       ¿Cómo van a poder convivir estos niños con amigos de su calle ó barrio y de colegio?. ¿Cómo le llamarán, ya que los niños son muy crueles unos con los otros?. ¿Qué respuesta pueden dar éstos pobres niños cuando les pregunten por la madre?. Cuándo tengan que presentar sus padres a los amigos, ¿cómo los presenta?. ¿Quién hace el “papelón de madre?. ¿Por qué se toman decisiones por un niño?. ¿Por qué no los educamos en un centro del Estado, y cuando sean mayores de edad ellos sabrán tomar la decisión oportuna?. ¿Por qué nos empeñamos en tomar decisiones por otros?

      La Iglesia Católica también bautiza a los niños con ocho días de vida, y los anotan en sus libros y constan como católicos para toda su vida, cuando no es así, en muchos casos. Jesús dijo: El que creyere en mí y fuere bautizado será salvo. Primero tener sentido de la responsabilidad, que no tiene nada que ver con la edad que los estados determinan para cualquier función social, etc. Un niño de diez ó doce años, por decir algo, ya que éste asunto solo lo sabe Dios y quien toma la decisión, ya puede decir, sí, creo, ó no creo; pero no hagamos cristianos a los niños de diez días ya que el bautismo no salva por sí solo. Ver como el ladrón que murió con Jesús como fue salvo sin ser bautizado, como  millones de cristianos también se salvan sin el bautismo, que, en concreto, es la confirmación de haber enterrado los pecados, cuando se acepta a Cristo como Salvador.

                                                       Cecilio García Fernández

No hay comentarios:

Publicar un comentario