martes, 9 de agosto de 2011

RIQUEZAS

MATEO 6:24. DIOS Y LAS RIQUEZAS: Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, ó estimará al uno y menospreciará al otro.  No podéis servir a Dios y a las riquezas.

LA PUERTA ESTRECHA –Mat.7:13 –14: Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso es el camino  que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14- porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. 

POR  SUS  FRUTOS  LOS CONOCEREIS.- Mat.7:15-16. Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.  Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se  cogen uvas de los espinos, ó higos de los abrojos?.

  Cristo habló de las riquezas,
y también de dos caminos.
¡Si prefieres las flaquezas,
es que amas los desatinos!.
  Las riquezas son  tiranas,
son causantes del destino,
que explotan gentes villanas,
que andan por malos caminos.
  El Señor  nos da a elegir,
con toda la libertad;
¡Tenemos  que  decidir!,
ya que amores, es amar.
  Pocos quieren la humildad.
¡Lo que prima es la grandeza!.
¡Nos gusta la  vanidad!.
¡Despreciamos la pobreza!.
  No serviré a dos Señores;
¿Cuántos me sirven a mí?.
¡Yo no quiero esos honores!.
¡Ni  miserias  para  ti!.
 ¡A mí de Dios no me hables,
me gustan las puertas anchas!.
¿Quién me va sacar el sable?.
¡Soy el  dueño de las canchas!.
  ¿Qué es muy angosto el camino?.
¡Camino tengo bastante!.
¿No te gusta mi destino?.
¡Eres un pobre ignorante!.
 ¡Me hablas de la vida eterna!.
¿No es larga  la que yo tengo?.
¡Soy el señor de la terna!.
¡Por eso vivo contento!.
  ¡Yo doy frutos abundantes,
y pago a mis jornaleros!.
¿Qué más queréis de mí?.
¡Ya veis que soy muy sincero!.
  ¡Que nadie venga a juzgarme,
porque soy un portentoso!.
¡Soy dueño de muchas vidas!.
¿Existe algo más precioso?.
 ¡Donde tengo mi tesoro,
allí tengo el corazón,
por eso  yo aquí deploro,
lo que dijo  ese bribón!.
  Los tesoros de la tierra,
los va comer la polilla,
y el fango te irá subiendo,
más allá de la rodilla.
  ¡Tu  lámpara está apagada,
y tus actos, no son buenos,
la Luz, no te alumbra nada.
¡No té quedan, ni consuelos!.
 ¡Dios  conoce nuestras vidas!.
¿Pides  arrepentimiento?.
¡Pero antes  pide  perdón,
si tienes entendimiento!.
  El Señor nos ama a todos.
¿Tú quieres la salvación?.
Tienes que nacer de nuevo,
y no hay otra solución.
  Tendrás que cambiar de vida,
y olvidar esa ambición,
por ser la más grande herida
que  tiene  tu  corazón.
  El Señor es la humildad,
es el Amor  y  armonía,
él es la pura bondad.
Con  él no existe agonía.
  Si perdonas a los hombres,
Él Te concede el perdón;
pero, si tu no perdonas,
no tendrás la salvación.
  Aunque hiciésemos milagros,
se pierde la salvación,
por no andar  correctamente,
como nos manda el Señor.
  No esperes para maña.
¡Todos podemos  fallar!.
¡Arrepiéntete hoy  mismo;
pues la vida es para amar!.

 Cecilio García Fernández

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