Romanos 1: 24. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos. 25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amen. 26 Por eso Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aún sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, 27 y de igual modo los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.( Lean 28, 29, 30, 31 y 32.)
Cerraron sus ojos
y el entendimiento,
no miran a Cristo,
ni hay discernimiento,
no existe cordura,
¡todo es desaliento!.
Se violan los niños
y ellos tan contentos,
ya que su lascivia
la llevan muy dentro.
La justicia ignora
ese gran tormento;
pues ellos no saben
lo que es un talento.
Se visten de negro,
por fuera y por dentro;
más Dios lo ve todo,
y esto no es un cuento,
ya que Cristo reina
en el Universo.
¡Niños inocentes,
llantos y lamentos,
que salen del alma,
por quebrantamiento!.
Recurrir a Cristo,
que sufrió tormentos,
por causa de hombres
que son muy perversos.
Él os ama mucho;
pues sois sus corderos,
que aunque hoy os mancillan,
os prometio el Cielo.
No creer en hombres,
con piel de cordero,
que buscan tesoros;
pero no del Cielo.
No quieren las luces
que vienen del Cielo,
siguen a otros hombres,
ingratos y ciegos,
que por sus afanes
no ven lo que es feo,
porque la inmundicia
colma sus deseos.
La vida se escapa
va contra el deseo;
pero Cristo sigue,
por eso en Él creo,
Él tiene Palabras,
que son de consuelo,
palabras de vida,
en las que yo creo;
pues no hay más caminos,
no valen rodeos,
ni valen los santos,
hechos con esmero;
pues todos se secan;
pues fueron maderos,
árboles del monte
en los que no creo;
ya que ahora son troncos
y en tallas los veo,
que engañan las almas,
que pierden el Cielo.
¡Hipócritas, falsos,
y otros fariseos;
más todo se paga
pues solo hay un Cielo,
y solo hay un Cristo,
el Dios verdadero,
que no está en las cruces,
de ningún madero!.
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