sábado, 6 de agosto de 2011

ROMANCE - 1

     La Trinidad es el Verbo,
Dios de Amor y de armonía,
y el Verbo se hizo carne;
Pero murió  en agonía,
y me salvó con Su Sangre,
que yo no la merecía.

    Por ser un gran pecador,
 y hombre de poca valía;
admiro más a Jesús,
ausente de hipocresía.

    El camino verdadero,
hay que buscarlo en la Cruz,
de donde llega el consuelo,
y recibimos la Luz.

   Como tengo vanidad,
-que debo reconocer-
te pido con humildad,
que me debes reprender.

   Porque no abunda la fe.
en nuestro Dios verdadero;
Pretendemos ser muy ricos,
 egoístas, avaros, y usureros.

     ¡Yo he venido a  sufrir!
Os traigo la Salvación,
porque vine a redimir,
al pueblo de perdición.

    Tu sangre fue Santa y pura.
Tu corazón fue sincero.
Caíste en  la sepultura,
enterrado  en  puro suelo.

    El  Verbo se hizo carne,
y fue fiel hasta la muerte.
Sé lo que viniste a darme.
¿Cómo no voy a quererte?

    Dime: ¿Cuántos te conocen?
¿Sabrán lo que es padecer?
¡Los que no Te reconocen,
Tú Gloria van a perder!

     Hay que hablar siempre de Ti
al mundo  necesitado;
Porque a Ti no Te conocen,
por  estar mal informados.

     Tus verdades son tan puras,
 y tan llenas de justicia,
que chocan, porque son santas,
contra un mundo de avaricias.

    Todo el que Te sigue a Ti,
va  en muy buena dirección,
porque eres la gran Verdad
y no hay otra solución.
Sabemos de Tu poder,
de Tu infinita paciencia

     Tú  supiste  padecer,
por nuestra desobediencia;
pero hay un amanecer,
que nos toca la conciencia.

   Sé que no se salvan muchos,
pues lo expresas claramente;
Por eso es tan necesario;
que hablemos a mucha gente.
Yo te entregué el corazón.
No me avergüenzo y lo digo.

    Lo doy con mucha razón
por que sé que te he ofendido.
Mucho tardé en conocerte,
porque  el mal es poderoso.
Satanás se nos resiste;
pero Tú eres mi reposo.

    Todo aquel que cree en Ti,
y ha dejado las estampas,
es que Dios le abrió  los ojos
 y salió de la ignorancia.
Todas las puertas se abren,
al seguidor de Jesús,
pues es nuestro Salvador,
que dio su vida en la Cruz.

    Él está conmigo a diario,
cuando hay penas y dolor.
Sin Él, ¿Para qué vivir?
ya que el mundo es corrupción.
Sin Él, vale más morir,
pues pierdo la Salvación.

    El mundo todo es mentira.
Solo existe la ambición.
Todo es afloja  y estira.
¡Todo es una perdición!
Todo es pura vanidad.
Todo es una  fantasía.

    Quien domina es la maldad,
por la noche y por el día.
Al  final vamos vencer,
los hijos de Mi Señor.

¿No lo puedes comprender?
¡Pues me causas gran dolor!
Hay un Nuevo Amanecer,
allí donde existe AMOR.
¿Tú no me quieres creer?
¡Llama a Jesús, con clamor!

por que él no desprecia a nadie,

y nos busca con amor.

Cecilio García Fernández.

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