sábado, 6 de agosto de 2011

SALVACIÓN

Cuando pregunto si hay fe,
Todos me  dicen que sí;
Pero, por lo que se ve,
Esta “verdad” no es así.

Creer, es tener tal fe,
Que todo lo das por hecho,
Y vives con esperanza,
En éste mundo maltrecho.

Podemos hablar con Dios,
Y Él contesta con ternura,
Y al estar juntos los dos,
La fe, está más segura.

Él habla por Su Palabra,
Que consta en las Escrituras,
Y en cualquier parte que leas,
Sus palabras son maduras.

Te llegan al  corazón,
Aunque lo tengas muy duro,
Pues no existe otra razón,
Que nuestro Dios Santo y Puro.

Debes orar diariamente,
Que el mediador es Jesús,
Y Dios que es muy consecuente,
Te hará que vivas con Luz.

Leer bien las Escrituras,
Única Verdad que existe,
Las religiones, locuras,
Pero luchan y persisten.

Jesús murió en una Cruz,
Por “todo” los pecadores,
Y ahora ya estamos salvados,
Con los máximos honores.

No practicar con las masas
De infelices engañados,
 Que los que juegan con brasas,
Suelen salir muy quemados.

Religiones hay por miles,
Con gran poder y dinero;
Pero los hombres son viles,
Crueles y poco sinceros.

Cuando escuché el Evangelio
-Esto por primera vez-
Fue como un buen refrigerio;
Pero explicarlo no sé

De mis ojos se cayeron
Todas las telas de araña,
Y mis párpados se abrieron,
De una forma muy extraña.

Antes, yo juzgaba a Dios,
Con osado atrevimiento,
Lo tenía todo oscuro
Por falta de entendimiento.

Jamás pude comprender,
Que por oír un responso,
Jamás iba padecer.
Lo digo y no me escondo.

¿Dónde está ese Purgatorio,
que no consta en la Escritura?
¿Tiene la razón Jesús,
ó la  tendrá el Sr. Cura?

¡Solo nos salva Jesús!
¡Me engañaron siendo un niño!
¡Además me confesaban!
¡Humillación no es cariño!

Jesús dijo claramente,
Que los niños van al Cielo,
¡Los niños son inocentes;
pero los confiesa el Clero!

Si hablamos de funerales,
Aquí la cosa se agrava,
Hay Cielo, cuando hay caudales,
Y para los pobre, ¡nada!

La Biblia hay que leerla;
Pero con discernimiento.
Palabra de Vida Eterna.
Y sabe Dios que no miento.

Mucho la leyó Jesús,
Con todo Su apostolado.
Si no la vas leer tú,
serás un hombre acabado.

Cecilio García Fernández.

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