Dijiste: ¡Sea la Luz!
y la Luz vino a éste mundo.
Tu Palabra no confundo.
¡Hay de aquel que no la lea!
La Palabra del Señor
es nuestro gran alimento,
ella nos calma el dolor
y abre nuestro entendimiento.
Por ser Palabra Divina
nos trae la salvación.
¡Quien la desprecia,se arruina,
del alma y de corazón!
El mundo ha sido bien hecho
por nuestro Dios -que es un Trino-
y ese Espíritu Divino,
que con el Padre y el Hijo,
nos cubrís con Su gran manto
-tal como el Señor lo dijo-
La bendición del Señor
es para todo mortal;
pero nos causa dolor
del que piensa en lo banal.
Tenemos un gran Señor,
que se llama Jesucristo.
Nos salvó con Su dolor;
pero no está muy bien visto.
Por nuestro amante Jesús
no se ven aclamaciones;
y eso que Cristo es la Luz.
¡Los demás, son ilusiones!
Muchos ocupan Su puesto;
pero, ¿dónde está la Cruz?
Solo quiero saber esto;
dime: ¿Quién te da la Luz?
Gracias a Cristo Jesús
hay un gran avivamiento.
Los hombres creen en Él.
Ya tienen discernimiento.
Padre: Te voy a pedir,
con todo mi corazón,
que despiertes a los hombres
de tan grande confusión.
Cecilio García Fernández.
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