viernes, 5 de agosto de 2011

SINCERIDAD

La sinceridad existe, y es un Don muy estimado;
cabe dentro del Amor, sin estar enamorado.
¿Somos los hombres sinceros, si siempre estamos  fingiendo?
¿No es verdad que amamos poco, al pobre que está sufriendo?
En términos  generales, practicamos la mentira.
Nos espanta la verdad, y amamos la hipocresía.
 En éste mundo hay gran lucha, entre el afloja y estira.
ya que la verdad es grande; más es mayor la mentira.

Quien tiene sinceridad, no amará la hipocresía,
 ya que un hombre de verdad, es un ser con valentía.
¿Cómo deben ser los hombres? Jesús nos respondería:
Amemos al enemigo, aunque parezca ironía.
Si vivimos sin honor, por causa del egoísmo,
vamos por el mal camino, y de cabeza al abismo.
Faltando el amor sincero, solo nos queda el cinismo.
Todo nos parece igual; pero no todo es lo mismo.

¿En que empleamos el tiempo, que el Dios Santo nos donó?
En pensar en cosas vanas, el tiempo se nos marchó.
Los animales no piensan; pero emplean bien su tiempo,
dan mucho amor a sus hijos, y luchan por el sustento.
Los animales no pecan., luchan por su salvación.
No matan por hacer daño, sino, por defender su ración.
¿Por qué matamos nosotros? ¿Cómo es nuestro corazón?
Es más duro que una  roca, y tiene mucha ambición.

En las clases ¿qué te enseñan? Solo nos hablan de ciencias.
Pues vamos por mal camino. Así están hoy las conciencias.
Todas las asignaturas, sé que son de gran valor;
pero hoy se habla en exceso, del  sexo, no del amor.
Mártires son hoy los niños, explotados sin dolor,
con quince kilos de libros Necesitan un motor.
Casi no saben hablar, y ya empiezan a estrujarlos.
Se levantan tan temprano, que da dolor El llamarlos.

Tenemos que ser sinceros. Tratémosles con cariño.
Queremos hacerles curas, antes de ser monaguillos.
Luchamos  y competimos por un puesto de trabajo,
les tratamos como quiera, corriendo por el atajo.
Hay que luchar por un puesto, sin importarnos la forma.
Hay que luchar  por la  vida. El que no come, no engorda.
 Muchos  murieron sufriendo, por defender la Verdad.
Otros dicen: Los matamos, porque ser la  pura maldad.

Nadie quiere consultar, al Gran Maestro Jesús,
perseguido desde niño, y luego muerto en la Cruz,
para salvar nuestras vidas y darnos toda Su Luz.
Ante tantas puñaladas, que dan en el corazón,
a mujeres indefensas y a niños de mi  ilusión,
que por causa de unos celos, se pierde hasta la razón.


Cecilio García Fernández.


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