jueves, 4 de agosto de 2011

TEMORES

   Por donde quiera que voy,
todos me hablan de temores,
porque la vida es muy cruel,
aunque no tengas dolores.

   Tenemos miedo a la ETA,
y nos sobra la razón,
tenemos miedo a lo malo
que hay en nuestro corazón.

   Tenemos miedo a las guerras,
porque son aterradoras,
porque traen las tragedias
que existen a todas horas.

   Hay miles de enfermedades,
que asustan al más templado.
consecuencia de los males,
que vienen por el pecado.

   Pero de todos los males,
el peor, el fanatismo,
pues pocos cree a Dios,
que nos libró del abismo.

   Se cree, -en religiones-,
que solo aportan el mal,
y en Cristo, creemos pocos,
por creer en lo banal.

   Jamás creer en los hombres,
esto es Palabra Divina.
Creer en mi Salvador,
que nos sacó de la ruina.

   El Señor dijo mil veces,
que confiemos en Él,
porque nos dio vida eterna
a todo el que cree en Él.

   Aquel que confía en Mí
ya tiene la salvación.
Yo ahora te lo digo a ti.
¡Aprovecha la ocasión!

   Son palabras del Maestro
que dio su vida por todos.
Son Palabras de Verdad.
Obremos con buenos modos.

  
   Mientras vivas en la tierra
jamás debes de temer.

Jesús cumple las promesas

y no té podrás perder.


   Mientras vivas en la tierra
has de tener sufrimiento.
¿Sabes quien murió en la Cruz?
Lo sé; pero sufrió buen tormento.

   Hay que orar mucho por todos,
incluyendo al enemigo.
Es un mandato de Dios.
¿Comprendes lo que te digo?

  Hay que amar a todo el mundo
con un corazón sincero,
y apartarse de lo inmundo,
eso siempre lo primero.

   La vida es pura lucha,
es lo mismo que un tormento;
pero hay un gran Salvador;
que puedes llevarle dentro.

   Humíllate ante el Señor
con todo arrepentimiento,
y Él te da la salvación.
¡Créeme, que yo no miento!

   Olvídate de rosarios,
y de templos ostentosos.
Jesús nació en un pesebre,
y otros son muy poderosos.

   No adores un Cristo muerto
clavado en una cruz.
¡Jesús vive y es tan cierto
como que su Vida es Luz!

   ¡Háblale como a un amigo!
pero con toda franqueza.
¡Háblale sin un temor
al Dios de mayor Grandeza!

   ¡Él sufre por todo el mundo!
¡Perdonó a quien le mató!
¿Puede perdonarte un hombre?
¡Contéstame por favor!

Cecilio García Fernández

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